“Ante nuestros ojos aparecen en lucha dos tradiciones; lejos de conducir el mismo contenido nocional son antagonistas. La una transmite sin disimulo la religión del verdadero Dios, y es la Tradición apostólica, en la cual la tradición primordial está totalmente incluida. La otra, llamada por los neognósticos Tradición primordial, transmite, bajo un disfraz de luz, la religión tenebrosa que quiere ponerse en el lugar de Dios”. (Jean Vaquié, Ocultismo y fe católica: los principales temas gnósticos).

viernes, 17 de octubre de 2025

LA ÚLTIMA PÁGINA: UNA PELIGROSA CONFUSIÓN

 



Por P. Flavio Mateos

 

Programa de “La última página 305: Francisco García Bazán y la importancia de su obra” [1]. Hacia el minuto 17 aproximadamente, los conductores Diego Ortega y Sebastián Porrini, parecen acusar recibo y se defienden, ante lo que parecería ser una imputación abusiva o injusta hacia ellos de varias personas (incluso de quien esto escribe, según parece). Tal vez sintiéndose incomprendidos (¿!), afirman que se los acusa de “gnósticos”. Tratan entonces de despegarse de tal etiqueta, y hasta Ortega afirma que él elige la que considera “la tradición verdadera, cristiana, católica”, pero aclarando que ésta tiene una gran cantidad de relaciones con las semillas de verdad de otras tradiciones (nos recuerda esto a las famosas “semillas del Verbo”, véase artículo sobre eso en nuestro blog). Luego, aclaran que “García Bazan y otros siguen una línea que no es blanco y negro” y que no es necesario dividir entre “evolianos y guenonianos”. Por supuesto que esa última discusión no nos interesa lo más mínimo: tanto guenonianos como evolianos están en el error.

De inmediato lamentan que también se los acusó por su programa sobre la masonería y se evaden enseguida (más rápido que el famoso Houdini) como si fuera un tema sin ninguna importancia. Y luego salen con el típico latiguillo que suelen repetir los gnósticos y es que “no hay que confundir lo gnóstico con el concepto de gnosis” (al respecto también puede leerse el esclarecedor texto de Alain Pascal en este mismo blog).

Vamos a ir punto por punto. No sabemos qué han dicho otros visitantes del canal de Youtube de “La última página” [2]. Nosotros nos ocupamos de este tema en nuestro libro “Castellani y Lefebvre” y en algún artículo de este blog. Lo que escribimos no es exactamente que Porrini y Ortega “son gnósticos”, sino lo siguiente:

“Allí aparecen como invitados dos exponentes caracterizados del gnosticismo a la criolla: Sebastián Porrini y Diego Ortega”. [3]

Según el Diccionario RAE, “exponente” es el que expone. Como segunda acepción significa prototipo (modelo más representativo de algo). Caracterizado, por otra parte, se define como “distinguido, determinado, característico, acreditado”.

Que ambos profesores dedican mucho espacio a exponer a autores gnósticos, es claro. Que demuestran además simpatía y respeto hacia esos autores y su pensamiento, también. Que se basan en autores gnósticos para fundamentarse, lo mismo (véase La última página 142, por ejemplo). Que no dedican programas a hacer la crítica aguda y certera que esos autores se merecen, también lo es. Por lo tanto, si como dice Ortega él elige la que considera verdadera tradición, la tradición católica, pero expone las ideas y el pensamiento de quienes se oponen a esa tradición católica, ¿dónde está su famosa búsqueda de la verdad? Porque la verdad obliga a juzgar y a definirse, una vez que se la ha encontrado. La verdad y el error no pueden ser compatibles. A no ser que todo sea verdad. De allí que digamos que esta es una peligrosa confusión que confunde a los que no están atentos, o no se esfuerzan por conocer la verdad. En lenguaje de la calle se le diría sanata.

La confusión ya puede verse en las imágenes o retratos que exhiben en su biblioteca: Jesucristo o el Arcángel San Miguel junto a personajes deplorables como los comunistas Frida Kahlo y José Saramago [4], o el gnóstico Pessoa (ver artículo sobre el mismo en este blog).

Pero vamos a descubrir mejor lo que allí se difunde, para darnos cuenta que un católico no puede absorber ese tipo de contenido, e incluso debe recusarlo, por más que esté todo envuelto en un programa de literatura. Precisamente la literatura, como el cine, es el medio más apto para transmitir ese tipo de ideas gnósticas. Mucho menos debería difundirse ese canal, como hacen algunos desinformados, por más que ocasionalmente sus expositores tengan aciertos o toquen temas de verdadero interés para los católicos.[5]

Veamos primero aquel mencionado programa 142, titulado: Cristianismo, tradición y misterio [6]

Hay allí una interpretación guenoniana de los Evangelios, incluyendo hacia el final una tergiversación total del Evangelio de San Juan: dice Porrini una y otra vez, que San Juan se quedó dormido sobre el pecho de Jesús, en la Última Cena. Eso es falsísimo. “Es un pendejo tan puro que se durmió” (sic), según la erudita exégesis porriniana.

¿Qué dice el Evangelio de San Juan en su capítulo 13?: “Uno de sus discípulos, aquel a quien Jesús amaba, estaba recostado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro dijo, pues, por señas a ése: “Di, ¿quién es aquel de quien habla?” Y él, reclinándose así sobre el pecho de Jesús, le preguntó: “Señor, ¿quién es?””. “Recostado –dice Mons. Straubinger, quien traduce desde el original griego- quiere decir que Juan, según la costumbre oriental, estaba echado delante de Jesús, apoyándose sobre el codo izquierdo, con el pecho vuelto al Maestro”. Y si hubiese estado dormido, como enseña Porrini, además no podría haber escuchado a Pedro que le hablaba. ¿Qué pretende Porrini con su interpretación trasnochada? ¿Comunicar alguna esotérica interpretación sólo para iniciados?

También, en este sentido de la interpretación gnóstica, se dice allí que los tres reyes magos eran perennialistas (protoguenonianos, quizás), que los sacramentos son “ritos de iniciación”, se habla de una división entre esoterismo y exoterismo y de que el primer cristianismo era esotérico, y que “jamás podemos reducir un misterio a algo que es público”. Todo el speech que repiten los gnósticos.

De acuerdo, hay que huir de ese catolicismo falseado, sentimental, edulcorado y modernista de hoy, que evacúa el misterio, ¡pero no para irse hacia las “tradiciones” orientales! ¡Absurdo! Pero Porrini deja clara su posición –a veces habla claro- citando a Cristo que dijo “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, pero, según la nueva interpretación de este docto profesor, Cristo es el camino “del mundo cristiano”. O sea que hay otros caminos para arribar a la verdad. Cristo se equivocó. Debió decir: “Yo soy el camino para los que me siguen. Pero si otros siguen a Buda o Mahoma, que sigan esos caminos porque al final todos nos vamos a encontrar”. En definitiva, Cristo no es Dios, o es un Dios que permite otros caminos, contradictorios y negadores del suyo, de tan bonachón que es. Así que cuando mandó a sus Apóstoles a enseñarles a todas las gentes lo que les había enseñado, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, estaba macaneando o se mostraba ignorante porque no conocía el islamismo, el sufismo, el taoísmo, el budismo y en definitiva porque no era un perennialista. ¡Oh, qué tontos fueron los mártires de los primeros siglos que se dejaron matar cruelmente, por defender que Cristo era la única verdad, el único camino!

Repitamos lo que decía Jean Vaquié: “Ante nuestros ojos aparecen en lucha dos tradiciones; lejos de conducir el mismo contenido nocional son antagonistas. La una transmite sin disimulo la religión del verdadero Dios, y es la Tradición apostólica, en la cual la tradición primordial está totalmente incluida. La otra, llamada por los neognósticos Tradición primordial, transmite, bajo un disfraz de luz, la religión tenebrosa que quiere ponerse en el lugar de Dios” (“Ocultismo y fe católica: los principales temas gnósticos”).

Cada uno tiene su propio camino en la vida, pero el camino hacia la salvación eterna, es uno solo: Jesucristo. Ancho es el camino del mundo que lleva a la perdición, estrecho es el camino que conduce a la salvación.




Fijémonos además cómo coinciden estos ilustrados profesores al fin de cuentas con los modernistas conciliares y su ecumenismo destructores de la tradición católica, y que van al encuentro y el diálogo con todas las falsas religiones. La diferencia es que los modernistas pretender hacer una amalgama total y los gnósticos permanecer en esa diferenciación complementaria. Unos y otros niegan que el único camino sea Jesucristo.

Pasemos ahora al tema urticante del cual estos dos profesores se escabulleron raudamente: el programa que hicieron sobre la masonería.[7] Si bien tiene ya sus años, sin embargo, sigue en el aire. Esto es escandaloso para quienes dicen ser católicos.

Vamos a decir más o menos lo mismo que dijimos ya en nuestro libro “Castellani y Lefebvre”, con alguna acotación más.

En el video mencionado Porrini y Ortega se aplican a darnos una versión de la masonería que es la misma que los masones dan de sí mismo. Digamos: una versión del Billiken. Así nos quieren hacer creer que “No es una sociedad secreta”, que “La masonería tiene como objetivo la búsqueda de la verdad”, que “Busca el progreso del hombre en fraternidad”, “promueve el conocimiento”, “cuando la Iglesia entró en decadencia empezó a perseguir a la masonería”, “la masonería se ocultó porque fue perseguida por la Iglesia”, “hay que desmitificar que la masonería es una sociedad ocultista, que tiene fines demoníacos”, “es otro camino”, “una manera de construirse”. “Yo he ido varias veces a su biblioteca”, confiesa Porrini. En fin.[8]




En esta pretendida exposición objetiva, imparcial, de la secta, se apartan completamente de la verdad, esa verdad que hizo que los papas desde un comienzo la condenaran en los más duros términos. Estos dos profesores que se dicen católicos, como hijos de la Iglesia deberían seguir esa enseñanza, exponerla, y, en el caso de que todos los papas hubiesen caído en una “leyenda negra sobre la masonería”, poner los documentos sobre la mesa para refutarlos. Pero sucede que ha sido al revés. La vastísima documentación sobre la masonería los expone claramente, como enemigos que son de la Iglesia católica.

Estos dos eruditos profesores, ¿no saben nada de eso? ¿Todo lo que tienen para decir es lo que dice la Wikipedia?

Hummm, extraño. Impericia, ignorancia y desidia intelectual, o…afiliación masónica. Elija el lector la respuesta que le parezca más plausible. Como no tenemos pruebas de lo segundo, tendremos que concluir lo primero. Aunque es demasiado sospechoso que en un programa posterior recomiendan con entusiasmo el libro escrito por un iniciado masón, porque según ellos nadie más indicado para hacernos conocer el tema. Pero resulta que los masones o son engañados o engañan a sabiendas. El promocionado masón afirma, por ejemplo, que San Martín era masón, mentira que ha circulado mucho. ¿Qué crédito se le puede dar a ese sujeto?

Lo que no queremos, pues, es que se trate a los espectadores de estúpidos. Pueden guardarse esa interpretación light, literaturesca y pueril de la masonería. El que quiere que lo engañen, se va a tener que jorobar.

El que quiere estar en la verdad, va a llegar a la verdad.

Así por ejemplo, tenemos para leer en principio los documentos de la Iglesia, a saber: In eminenti apostolatus specula — Clemente XII, 28 de abril de 1738; Providas romanorum pontificumBenedicto XIV, 18 de mayo de 1751; Ecclesiam a Jesu Christo — Pío VII, 13 de septiembre de 1821; Quo graviora mala — León XII, 13 de marzo de 1826; Mirari vos (encíclica) — Gregorio XVI, 15 de agosto de 1832; Humanum genus (encíclica) — León XIII, 20 de abril de 1884; Custodi di quella fede — León XIII, 8 de diciembre de 1892; Inimica vis — León XIII, 8 de diciembre de 1892; Non abbiamo bisogno — Pío XI, 29 de junio de 1931; Decretum contra Masonicam sectam — Santo Oficio, 17 de febrero de 1950.

¿Qué decía León XIII en la más importante de las encíclicas antimasónicas, Humanum genus? Leamos: «De los ciertísimos indicios antes mencionados resulta claro el último y principal de sus intentos, a saber: destruir hasta los fundamentos todo el orden religioso y civil establecido por el cristianismo, y levantar a su manera otro nuevo con fundamentos y leyes sacadas de las entrañas del naturalismo».

“León XIII hace una exposición de los principios fundamentales que la rigen. No basta —dice— examinar sus actos, sino que hay que buscar los principios que dirigen su acción: «Por circunstancias de tiempo y lugar [algunas sectas masónicas] no se atreven a hacer tanto como ellas mismas quisieran y suelen hacer las otras; pero no por eso se han de tener por ajenas a la confederación masónica, pues ésta no tanto ha de juzgarse por sus hechos y las cosas que lleva a cabo, como por el conjunto de los principios que profesa». Esto es muy importante, puesto que León XIII, más aún que sus predecesores, quiere investigar profundamente los principios de la Masonería. Los Papas de principios del siglo XIX, destacaron el secreto que empleaban los masones y los crímenes que cometían, pero no profundizaron tanto los principios. Primer principio: el naturalismo. «Ahora bien: es principio capital de los que siguen el naturalismo, como lo declara su mismo nombre, que la naturaleza y razón humana ha de ser en todo maestra y soberana absoluta». El primer principio de la Masonería que condena el Papa es el naturalismo. A primera vista, se puede pensar que, después de todo, el naturalismo cree en la naturaleza humana y se ajusta a ella. […] Hay que comprender bien qué es el naturalismo. Es una palabra que encontramos a menudo en la pluma de los Papas, en sus encíclicas y en todos los documentos pontificios. Los Papas hablan constantemente de él. Por eso hay que comprender bien el sentido que le dan, es decir, el error opuesto a la doctrina de la Iglesia sobre la naturaleza desequilibrada y desordenada por las consecuencias del pecado original aun después de que haya sido perdonado. Nosotros mismos nos damos cuenta de eso; sentimos una atracción a deseos que no son normales y que tenemos que reprimir con las virtudes de templanza, fortaleza, justicia y prudencia. Si estuviésemos de acuerdo con los masones, que creen que para el hombre es algo bueno satisfacer todos sus instintos, diciendo que son buenos, ¿en dónde terminaríamos? Podemos imaginar los resultados: el desorden, la droga, la corrupción, la ruina y el suicidio. En último término, esa teoría termina conduciendo al suicidio y aun al aniquilamiento físico; hemos llegado a tal punto que no deja de crecer el número de jóvenes que se suicidan. Negación del orden sobrenatural, pero también del natural.” No podemos extendernos más en esta exposición sumamente clara, que hace Monseñor Lefebvre de la encíclica de León XIII, en su obra Actas del magisterio, a la cual remitimos al lector.

Podemos mencionar a continuación toda una pléyade de autores rigurosos, serios, que han dedicado excelentes obras, estudios documentados sobre la secta masónica, autores que los dos profesores eruditos no mencionan -y quién sabe si conocen a alguno (de ser masones los conocerán sin dudas)- a saber: Mons. Jouin, Mons. Meurin, Mons. de Segur, Mons. Delassus, Mons. Caro Rodríguez, P. Augustin Barruel, P. Nicolas Deschamps, P. Emmanuel Barbier, Dom Paul Benoit, Léon de Poncins, P. Aníbal Rottjer, Jacques Ploncard d’Assac, P. Sardá y Salvany, Copin-Albancelli, Henry Coston, Arthur Preuss, Pierre Virion, Bernard Fay, Epiphanius, P. V. Filippo, P. Alfredo Sáenz, Jean-Claude Lozac’hmeur, P. Xavier Gautrelet, etc.

En el Segundo programa dedicado a la masonería, Ortega-Porrini se dedican a elogiar el libro escrito por un masón y afirman que la masonería viene a ser como un medio de dejar un segundo sentido en el arte, por lo que “el gran proyecto de la masonería es el protocolo Poe” (en referencia al cuento La carta robada). Sí, ¡por supuesto! ¡Qué exageración la de la Iglesia al condenar a quienes sólo desean darnos un contenido simbólico en el arte!

Se puede continuar largamente haciendo la crítica de los errores que vierten estos profesores: en otro medio (Vorterix) haciendo una elogiosa defensa de “Avatar” de James Cameron, película gnóstica anticristiana a la que le hemos dedicado un pequeño libro. Pero creemos más que suficiente lo dicho para demostrar que “La última página” (y los derivados de sus conductores), es una peligrosa confusión instalada bajo un formato literario, muy apta para seducir a los incautos en busca de sentido, de otro sentido más allá del literal, y que detestan el progresismo y el mundo moderno. Pero la respuesta a sus inquietudes sólo la podrán encontrar en serio en la Tradición católica, no en la nebulosa gnóstica, que no es otra cosa que pura soberbia.

 

NOTAS:

[1] https://www.youtube.com/watch?v=mebCBUycJPc&t=1147s

[2]Normalmente los espectadores de YouTube suelen utilizar los comentarios para manifestar su gran necesidad afectiva de tener amigos o hermanos en la web, y así no es extraño que abunden los “maestros”, “genios” y otras lisonjas, en el fondo sin tener mucho conocimiento del tema sobre el cual se les ha expuesto. YouTube suele ser un refugio de la soledad, un sucedáneo moderno del antiguo “café con amigos”. Esto sucede a todo nivel y en todos los órdenes. Claro que también hay una gran necesidad de maestros, y entonces los espectadores se aferran a los que les parecen más amenos o simpáticos, sin saber a ciencia cierta si les están diciendo las cosas como son. Por otro lado, un porcentaje menor pretende darles lecciones a los expositores o directamente barrunta improperios porque necesita descargar su frustración de cada día. Así pues, diríamos que un porcentaje muy pequeño de comentarios aportan algo valioso o lúcido a la cuestión. En todo esto, como decimos desde el título, hay una grandísima confusión y los profesores no ayudan a disiparla, sino al contrario.

[3]https://edicionesreaccion.blogspot.com/2024/08/el-gnosticismo-se-asoma-nuevamente.html

[4] José Saramago (1922–2010), escritor portugués y premio Nobel de Literatura (1998), fue abiertamente ateo y anticlerical, El pensamiento y la literatura de Saramago presentan afinidades temáticas o simbólicas con ciertas ideas gnósticas. Rechazaba explícitamente la idea de un Dios personal o providente. Y decía en entrevistas: “No creo en Dios, no hay pruebas de su existencia, sólo de su ausencia.” Parecía tener una obsesión anti-religiosa, lo cual sin dudas en estos tiempos facilitó su generosa difusión, siendo que sus obras son mediocres.

Veamos algunas de sus declaraciones:

  El cristianismo es probablemente la peor religión que ha existido.”

— Declaración en una rueda de prensa en Roma (octubre de 1998).

Sigue diciendo:

“Porque promete un cielo que no existe y un infierno que no hay. Ha sido una máquina de fabricar culpa y de justificar la violencia.”

  “El Evangelio es un manual de malas costumbres.”

— Entrevista en El País (España), 1998.

Saramago sostenía que los Evangelios fomentaban la sumisión, la culpa y la obediencia ciega a una divinidad injusta.

  “Dios es el silencio del universo y el ser humano el grito que da sentido a ese silencio.”

— En Cuadernos de Lanzarote.

Más:

--“Los católicos inventaron el infierno, y a partir de ahí la vida se volvió un tormento.”

— Entrevista en la televisión portuguesa RTP, 2000.

--“Sin la religión, la humanidad sería más libre y más inteligente.”

— Declaración en Diario de Noticias, Lisboa, 2009.

--En El Evangelio según Jesucristo (1991), Saramago reinterpreta la vida de Cristo de modo irreverente, presentando a Dios como un ser cruel y manipulador:

“Dios no es bueno. Dios es un ser egoísta que solo piensa en su propia gloria.”

“El mal está en Dios, no en el hombre. Dios necesita el mal para que se note el bien.”

--En Caín (2009): El personaje Caín acusa directamente a Dios:

“Dios no sabe lo que hace, y cuando lo sabe, lo hace mal.”

“Este Dios que tú veneras es un asesino.”

“La historia de la humanidad es la historia de la crueldad de Dios.”

Sobre Jesucristo:

--“Jesús fue un hombre como cualquier otro, y su tragedia fue haber tenido un Dios como padre.”

— Entrevista en La Repubblica (Italia), 1991.

Sobre los creyentes:

--“Los creyentes no piensan, creen. Y creer es la forma más cómoda de no pensar.”

— Cuadernos de Lanzarote (vol. II).

Porrini confiesa haber tenido un “amor a primera vista” (sic) con Saramago. Y en el programa que hacen junto a Guillermito Mas, dicen infinitas tonterías respecto de quien sería según ellos un gran escritor. Pedantería de pseudo intelectuales, que justifican literariamente las blasfemias del infame comunista portugués.

[5]Es lo que está ocurriendo, lamentablemente. A la ya conocida difusión que da a este canal de YouTube Sebastián Randle (ya nos hemos ocupado de su caso), se suman otros católicos como Marcelo di Marco, e incluso se les da difusión desde el Centro Pieper y el valioso Centro de Estudios Universitarios Padre Leonardo Castellani.

[6] https://www.youtube.com/watch?v=Vre2f8ze6t8&t=2293s

[7]La última página 17: Masonería, orígenes y significado.

https://www.youtube.com/watch?v=B2KrGwMjt10&t=13s

 Luego hicieron otro, La última página 44: Literatura y Masonería.

https://www.youtube.com/watch?v=9VWfB8_I-o8

https://diegofigueroamasonologia.wordpress.com/2019/04/01/resena-de-mi-libro-el-viaje-iniciatico-masonico-en-el-programa-la-ultima-pagina/

[8]He aquí primero cómo la misma masonería se define:
En las Constituciones de la Orden, redactadas y votadas por la asamblea general del G... O... de Francia en 1865, y reproducidas al comienzo del Anuario masónico, se leen estas palabras: «La F... M..., institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresista, tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes, y el ejercicio de la beneficencia (Art. 1).»

¿Cuál es, pues, su verdadera definición? ¿Qué es la F... M...?

Es una sociedad de hombres sin religión, unidos entre sí por una organización misteriosa y por juramentos horribles, bajo la dirección oculta de jefes invisibles, para hacer la guerra a la Iglesia y a la sociedad, y, bajo el especioso pretexto de establecer en todo el universo la libertad, la igualdad y la fraternidad, resucitar el paganismo.

Cuando afirmo que sus miembros no tienen religión, no pretendo negar que encierre cierto número de personas, especialmente en los grados inferiores, que se imaginan —aunque erróneamente— poder conciliar con su profesión de F... M... los deberes del cristianismo y las obligaciones de su conciencia”.

LA FRANC-MASONERÍA Y LA REVOLUCIÓN, R. P. Fr.- Xav. GAUTRELET, de la Compañía de Jesús, Lyon, Briday, Librero-Editor, 1872.