lunes, 2 de junio de 2025

EL ORGULLO INTELECTUAL




"En los tiempos actuales, la gran tentación del católico es el orgullo intelectual. La mayoría de los críticos del catolicismo hablan sin tener el menor conocimiento de lo que están hablando y ello es tan evidente que muchas veces los católicos se ven arrastrados al comportamiento lógico y anticristiano de responder a los bobos con arreglo a sus bobadas... Así pues, cuando alguien nos dice que el banquete es contrario al ayuno y que sin embargo ambos parecen ser sagrados para nosotros, a algunos nos entrarían ganas de contestar simplemente, «Sí», y hacer una mueca desagradable. Y cuando el preguntón insiste en cuestiones morales alegando que «la Navidad se dedica a festejos, a comer carne y a beber vino, y aun así ustedes fomentan esa diversión pagana y materialista», tanto a ustedes como a mí nos tentaría responder. «Justamente» y dejar así la cosa. Pero cuando prosigue, con aspecto cada vez más preocupado. «Además, ustedes admiran a los hombres que viven en cuevas o en el desierto ayunando y privándose de los placeres más comunes. Al igual que los budistas, se declaran claramente a favor del ascetismo o de todo lo contrario», de modo semejante podríamos sentir el impulso de contestar. «Pues sí señor», o «lo cazó usted a la primera, muchacho» y proponer ir a otro sitio a tomar un refrigerio en plan amistoso. Pero hay que resistir la tentación. No sólo tenemos la obligación indudable de explicar a la otra persona que lo que le parece contradictorio en realidad es complementario, sino que además no está justificado que utilicemos ese tono de superioridad".

 

De "G. K. CHESTERTON. SABIDURÍA E INOCENCIA", por Joseph Pearce.