POR
JUAN LUIS GALLARDO
19.01.2023
Que
yo sepa, el único argentino que vio personalmente a Gilbert K. Chesterton fue
el Padre Leonardo Castellani. Ello ocurrió cuando el sacerdote subía por
la escalinata central de la Basílica de San Pedro y alguien lo señaló diciendo
aproximadamente: ``Ese que va ahí es el escritor más importante del pensamiento
católico actual''.
Delante
de Castellani ascendía la escalinata un hombre inmenso, de revuelta melena
blanca y bigote hirsuto que iba del brazo de una mujer pequeña, que resultaría
ser su esposa .
Y
quien informaba a Castellani no se equivocaba pues, casi con
seguridad. Gilbert ha sido el más destacado hombre de letras del
pensamiento católico contemporáneo.
No
analizaré aquí su obra literaria, pues hacerlo requeriría contar con un
espacio muy superior al de una escueta nota periodística. Me reduciré a
destacar las formidables aventuras del Padre Brown y su eterno rival, el ladrón
francés Flambeau. Aunque, desde luego, la obra de Chesterton incluya materias
mucho más serias.
Chesterton
amaba su país, Inglaterra, particularmente bajo sus facetas más populares. Sus
personajes suelen ser gente del pueblo inglés, amigos de los refranes y
bebedores de cerveza. Como Chesterton. Sublima los paisajes británicos,
describiendo atardeceres rojizos, bosques sombríos, estrechas callejuelas.
Y
se lo puede considerar el Emperador de la Paradoja.
Era
amigo y enemigo de Bernard Shaw. Amigo porque mantenía con él una relación
cordial. Enemigo porque las ideas de uno y otro discrepaban totalmente.
Un
par de anécdotas para cerrar esta nota. Cuando inició su viaje de luna de miel
compró un revólver, por si tenía que defender el honor de su mujer.
Segunda
anécdota: Chesterton era muy despistado y frecuentemente, se veía precisado a
enviar un telegrama a su mujer diciendo: ``Estoy en tal parte. ¿Dónde debería
estar?''.
Lo
más frecuente era que su mujer le respondiera por la misma vía: No te
preocupes, regresa a casa.
¡Qué
no daría para conseguir que el pensamiento católico de nuestros días contara
con una figura del calibre de don Gilbert!
https://www.laprensa.com.ar/525032-Chesterton.note.aspx