“Ante nuestros ojos aparecen en lucha dos tradiciones; lejos de conducir el mismo contenido nocional son antagonistas. La una transmite sin disimulo la religión del verdadero Dios, y es la Tradición apostólica, en la cual la tradición primordial está totalmente incluida. La otra, llamada por los neognósticos Tradición primordial, transmite, bajo un disfraz de luz, la religión tenebrosa que quiere ponerse en el lugar de Dios”. (Jean Vaquié, Ocultismo y fe católica: los principales temas gnósticos).

jueves, 29 de diciembre de 2022

EL DEMONIO DE LA CONFUSIÓN MENTAL

 

EL DEMONIO DE LA CONFUSIÓN MENTAL

 

 



Siguiendo a Giovanni Papini (“ese escritor italiano que no tenía siempre ideas justas sobre todo pero que de todos modos tenía siempre un sentido cristiano”), Jugnet gustaba repetir que el gran mal actual no era tanto el amor de las riquezas, o incluso la sensualidad, sino la confusión mental:

[…] Es el demonio que los antiguos llamaban Belfegor. Es el genio de la confusión intelectual, aquel que os hace ver negro lo que es blanco, que os hace ver a la derecha lo que está a la izquierda, que os hace ver como bueno lo que es específicamente malo y condenado y maldecido por Dios.

Frente a ese demonio, toda la acción y toda la pedagogía de Louis Jugnet fueron obras de claridad y de discernimiento, persiguiendo la “confusión intelectual” hasta en la literatura contemporánea, por luminosas conferencias sobre el surrealismo o sobre escritores católicos como Bloy, Greene, Bernanos, Claudel (él apreciaba a este último, a causa de su tomismo). Incluso ahí, Jugnet supo resistir al entusiasmo de su época, y recodar que es a la filosofía y a la teología que corresponde juzgar las ideas difundidas por los poetas, ensayistas y novelistas, y no a la inversa”.

 

Le Sel de la terre nº 47 hiver 2003-2004.