EL
DEMONIO DE LA CONFUSIÓN MENTAL
Siguiendo
a Giovanni Papini (“ese escritor italiano que no tenía siempre ideas justas
sobre todo pero que de todos modos tenía siempre un sentido cristiano”), Jugnet
gustaba repetir que el gran mal actual no era tanto el amor de las riquezas, o
incluso la sensualidad, sino la confusión mental:
[…] Es el demonio que los antiguos
llamaban Belfegor. Es el genio de la confusión intelectual, aquel que os hace
ver negro lo que es blanco, que os hace ver a la derecha lo que está a la
izquierda, que os hace ver como bueno lo que es específicamente malo y
condenado y maldecido por Dios.
Frente
a ese demonio, toda la acción y toda la pedagogía de Louis Jugnet fueron obras
de claridad y de discernimiento, persiguiendo la “confusión intelectual” hasta
en la literatura contemporánea, por luminosas conferencias sobre el surrealismo
o sobre escritores católicos como Bloy, Greene, Bernanos, Claudel (él apreciaba
a este último, a causa de su tomismo). Incluso ahí, Jugnet supo resistir al entusiasmo
de su época, y recodar que es a la filosofía y a la teología que corresponde
juzgar las ideas difundidas por los poetas, ensayistas y novelistas, y no a la
inversa”.
Le Sel de la terre nº 47 hiver
2003-2004.